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Metales pesados y otros elementos nocivos

ANTECEDENTES:

El proceso para la obtención del Cannabidiol (CBD) de la mejor calidad se inicia con la selección de la materia prima, es decir del cañamo o "Cannabis Sativa".

Una de las garantías básicas es comprar siempre materiales certificados Global GAP.

No obstante para garantizar la calidad final es necesario seguir protocolos estríctos y realizar análisis una vez extraido el CBD.

En este artículo vamos a explicar brevemente los diferentes elementos tóxicos que se pueden encontrar en productos elaborados con Hemp, ya sea por el origen del material de base utilizado como por el tipo de extracción que se haya utilizado.

DESARROLLO:

Analicemos cuatro grupos de elementos nocivos.

Metales pesados en el CDB

1) Metales pesados

El cannabis como todos los bioacumuladores extrae sus nutrientes del suelo donde es cultivado y lo almacena en su parte aérea (principalmente en los tallos y en las hojas).

Cuando el agua o el extracto de tierra de cultivo tienen altos niveles de metales pesados, a veces debido a su ubicación geográfica y características geomorfológicas, a veces por la contaminación generada por la actividad del ser humano, la planta del cannabis puede tener una concentración de metales pesados tóxica para el consumo humano o animal.

Las consecuencias para la salud de estos compuestos son moderados a graves según la concentración, la frecuencia y duración del consumo (exposición) y la capacidad de cada individuo para eliminarlos.

En general todos los cuadros de intoxicación presentan inflamación y destrucción de estructuras celulares. Más específicamente:

  • Arsénico

    El arsénico se encuentra de manera natural en la corteza terrestre. Mucha de su dispersión en el ambiente se debe a la minería y a procesos comerciales. En la industria, el arsénico es un subproducto del proceso de la fundición (separación del metal y la roca) de diversos minerales metálicos.

    El arsénico no puede ser destruido en el ambiente.

    La ingesta prolongada de niveles bajos de arsénico inorgánico puede producir oscurecimiento de la piel y la aparición de pequeños callos o verrugas en manos, pies y torso.

  • Mercurio

    El mercurio se presenta naturalmente en el ambiente en forma metálica (mercurio elemental), en forma inorgánica y en forma orgánica.

    Aproximadamente el 80% del mercurio que es liberado por actividades humanas es mercurio elemental liberado al aire, principalmente como consecuencia del uso de combustibles fósiles, la minería, fundiciones y de la incineración de desecho sólido.

    La mayor parte del mercurio que se encuentra en el ambiente ocurre en la forma de mercurio metálico y compuestos de mercurio inorgánico.

    El mercurio elemental y el inorgánico abandonan el cuerpo en la orina o las heces durante un período de semanas o meses.

    El metilmercurio (forma más común de mercurio orgánico) es la forma de mercurio que se absorbe más fácilmente a través del tubo digestivo, entra en la corriente sanguínea fácilmente y rápidamente pasa a otras partes del cuerpo. Solamente pequeñas cantidades de metilmercurio entran a la corriente sanguínea directamente a través de la piel.

    El sistema nervioso es muy susceptible al mercurio. Altas cantidades de metilmercurio o semillas de granos tratadas con metilmercurio u otros compuestos de mercurio pueden provocar daño permanente del cerebro y los riñones, autismo, depresión y problemas del aparato respiratorio.

  • Cadmio

    El Cadmio es un metal presente en la corteza terrestre, asociado con minerales de cinc, plomo y cobre, y puede acumularse en organismos acuáticos y en cosechas agrícolas.

    Casi no se absorbe nada de cadmio a través de la piel.

    El cuerpo puede transformar a la mayor parte del cadmio en una forma no perjudicial, siempre y cuando la exposición sea limitada.

    Ingerir niveles de cadmio bajos durante un período prolongado puede producir acumulación de cadmio en los riñones, provocando efectos nocivos en el riñón y los huesos.

    Efectos comunes de una exposición prolongada al Cadmio: cáncer de próstata, bronquitis, infertilidad y enfermedades vasculares.

  • Cobre

    El cobre es liberado por la industria minera, actividades agrícolas y de manufactura, y por la liberación de aguas residuales a ríos y lagos. El cobre también es liberado por fuentes naturales como los volcanes, vegetación en descomposición e incendios forestales.

    El cobre no se degrada en el medio ambiente. Los compuestos de cobre pueden degradarse y liberar cobre al aire, el agua o los alimentos.

    La exposición a niveles altos de cobre producirá el mismo tipo de efectos en niños que en adultos, a saber, daño en el hígado, los riñones, anemia, irritaciones del intestino delgado e intestino grueso.

  • Plomo

    El plomo no se degrada, pero los compuestos de plomo son transformados por la luz natural, el aire y el agua. Cuando se libera plomo al aire, puede movilizarse largas distancias antes de depositarse en el suelo.

    El plomo se encuentra ampliamente distribuido en el ambiente. La mayor parte proviene de actividades como la minería y la manufactura industrial, así como de los combustibles fósiles.

    Los efectos del plomo son los mismos si se ingiere o inhala.

    El plomo puede afectar a casi todos los órganos y sistemas en el cuerpo. El más sensible es el sistema nervioso, tanto en niños como en adultos.

    La exposición prolongada puede causar un deterioro del sistema nervioso, debilidad en los dedos, las muñecas o los tobillos, aumento de la presión sanguínea y anemia.

    En mujeres embarazadas, la exposición a niveles altos de plomo puede producir pérdida del embarazo. En hombres, la exposición a altos niveles puede alterar la producción de espermatozoides.

    Efectos comunes de una exposición prolongada al plomo: anemia, esclerosis, fatiga y cáncer de riñón.


2) Solventes y residuos de hidrocarburos

Análisis de cannabinoides

La utilización de solventes para extraer los cannabinoides de la planta de cáñamo sin los protocolos de calidad adecuados puede dejar residuos tóxicos en los preparados de CBD.

La tecnología como el CO2 supercrítico es más seguras que las extracciones basadas en solventes, pero es también sustancialmente más cara.

La exposición prolongada a ciertos solventes y residuos de hidrocarburos pueden perjudicar al sistema nervioso. Pueden producir efectos sobre la sangre, el sistema inmunitario, los pulmones y la piel.

Analizar la presencia de solventes orgánicos para asegurar que los productos derivados del CBD están libres de estos compuestos nocivos es un hábito saludable.


3) Pesticidas

Los Pesticidas son productos químicos que se utilizan en la agricultura para proteger los cultivos contra insectos, hongos, malezas y otras plagas.

Estos productos químicos pueden llegar a tener graves efectos perjudiciales para la salud, como provocar cáncer o crear interferencias en el funcionamiento de los sistemas reproductivo, inmunitario o nervioso.

Algunos países tienen una legislación o un control por parte de las autoridades que se escapa a la capacidad de raciocinio más elemental.

Al igual que los metales pesados o los solventes, las pesticidas pueden tener efectos diferentes según el nivel de exposición y de resistencia de una persona.


4) Contaminantes biológicos

Los contaminantes biológicos incluye mohos, hongos, parásitos y bacterias que pueden haber infectado el material de base.

Si la extracción del CDB utiliza cáñamo contaminado el producto semielaborado puede estar contaminado también.

Los contaminantes biológicos pueden desencadenar reacciones alérgicas o causar daños al consumidor final.

CONCLUSION:

Las buenas prácticas a nivel de selección de la materia prima como en los procesos de extracción del CBD no son un eximente de realizar controles y análisis profesionales para garantizar un producto seguro.

Las consecuencias sobre la salud de humanos y animales de compañía está en la balanza de resultados.

El CBD tiene mucho que aportar y es tiempo de dejar ir malentendidos y mitos para poder constatar mejor la realidad.

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